Estas son las tres únicas opciones que tenemos disponibles: «Soy algo», «no soy nada» o «lo soy todo». Somos libres de decidir a cada momento en cuál nos situamos y nuestra experiencia reflejará cualquier posición que elijamos. La experiencia parecerá confirmar nuestra postura.

Rupert Spira nos aclara estos puntos en su libro Presencia, una lectura muy recomendable por sus claros ejemplos y su invitación a realizar ejercicios que nos ayuden a la comprensión de estas ideas abstractas.

Nos dice: Si creemos que somos un cuerpo y una mente, el mundo parecerá ser muy real; se corresponderá con nuestra creencia y parecerá confirmarla.

Si consideramos que somos la presencia abierta y vacía de la conciencia, a la que se le aparecen los objetos del cuerpo, la mente y el mundo, nuestra experiencia parecerá coherente con esta posición. Nos conoceremos a nosotros mismos como el trasfondo desapegado e imparcial de la experiencia. Conoceremos nuestra libertad innata y la paz y la felicidad que están en el núcleo de toda experiencia.

Y si nos conocemos a nosotros mismos no solo como los testigos de la experiencia sino también como su sustancia, es decir, si tomamos la posición de que «lo soy todo», nuestra experiencia del mundo confirmará y validará esta comprensión. Experimentaremos el amor como la condición natural de toda experiencia.

Con lo cual nuestra experiencia siempre aparecerá en conformidad con nuestra comprensión.

Podemos experimentar probando cada una de estas posibilidades por turnos y observar qué respuesta obtenemos del universo, la respuesta que nos llegue durante nuestra experiencia confirmará cuál de estas es la verdadera. Aunque has de saber que la experiencia que puede convencernos de que nuestra comprensión, posición o actitud es verdadera tiene que ser la experiencia que más valoramos en la vida. Y ¿qué es lo que más valoramos en la vida?

La experiencia de la felicidad.

Esta es la manera en la que el universo nos confirma que nuestra comprensión es verdadera.  La felicidad o cualquiera de sus sinónimos, como paz, amor, belleza…