
La correcta ingesta de alimentos que nutran los tejidos de los que se compone nuestro cuerpo es la mejor prevención contra los desequilibrios que puedan aparecer, ya sea por la indulgencia en el error de alimentarnos inadecuadamente, ya sea por una toxicidad involutaria que ha penetrado en nuestro organismo.
El cuerpo es una maquinaria biológica creada para poder desplazarse a la búsqueda de alimento y reproducción. Por lo tanto, la ausencia de movimiento en el cuerpo es antinatural y genera desequlibrio, ya sea por la indulgencia de preferir permanecer estáticos, ya sea por la obligatoriedad de estarlo.
Las emociones son un sistema esencial de supervivencia que el ser humano ha ido desarrollando, permitiendo sentir miedo ante la cercanía de un peligro y placer al satisfacer las necesidades del cuerpo. Aprender a diferenciar cuándo debemos dar importancia a unas o a otras permite mantener el equilibrio de este cuerpo invisible, que es el principal precursor del equilibrio o desequilibrio en el cuerpo físico.
Es por ello, que podemos decir, que la mejor medicina es el Amor.
El Amor con el que te nutres de los alimentos adecuados para la salud de tu cuerpo, poniendo plena conciencia en esta acción.
El Amor con el que tú le das movimiento y ejercicio placentero a tu cuerpo para que se sostenga en forma durante mucho tiempo en esta vida.
Y el Amor con el que tú te tratas emocionalmente a ti mismo y a través de los demás, ya sea en el respeto y la atención que te das.